El corte al bies es un invento de una diseñadora francesa, Madeleine Vionnet, contemporánea a Chanel o Lanvin, es menos conocida para el público no especializado, pero que, sin embargo, hizo una de las contribuciones más importantes al mundo de la moda y corte y confección.
Su técnica consiste en utilizar el tejido en sentido diagonal. Se suele usar tanto para vestidos completos como para partes, cuellos, sisas o para tiras.
Madame Vionnet conocía este tipo de corte que ya se usaba para acabados, pero fue ella quien pensó en este tipo de corte para vestidos enteros, con lo que ahorraba costuras y además obtenía una maravillosa caída del tejido.
Para realizar este corte, debemos pensar en el tejido como en un rectángulo con hilos de trama (transversales) y de urdimbre (longitudinales) normalmente se corta al hilo, es decir siempre en el sentido de la urdimbre. El bies consiste en colocar nuestro patrón en una diagonal entre estos dos sentidos, que quedará más o menos a unos 45º, el resultado es que tanto la urdimbre como la trama pierden su resistencia, dejando el tejido menos apretado, y que además gana algo de elasticidad, por lo que las prendas cortadas al bies tienen una característica muy especial y es que dan la impresión de adaptarse mejor, además de tener mucha caída.
Madame Vionnet encargaba sus tejidos con un ancho especial de dos metros para obtener los mejores resultados, y la verdad es que viendo lo que aún se conserva de su obra en el Museé de la Mode et du Textile de París, una tiene la impresión de que no se pueden superar.
Es curioso, que su aportación a la moda fuera tan importante y ella sin embargo sea poco conocida. Aun así, su casa de modas, fundada en 1912, sigue ofreciendo su insuperable corte al bies en muchas de sus creaciones.
Su vestido de noche color marfil (1935) se considera una obra maestra, tanto en la moda como corte y confección, cuya caída perfecta se debe a una única costura, lo que para su creadora constituía el objetivo más elevado. Gran apasionada a la geometría, creo estos cortes a partir de simples cuadrados o triángulos.
También se creó para ella un tejido especial, una mezcla de seda y acetato, siendo esta una de las primeras fibras sintéticas.
Un dato también importante, es que sus trabajadoras disfrutaron de unas condiciones de trabajo que no se consiguieron hasta tiempo después, como descansos, vacaciones pagadas y ayudas en caso de enfermedad.
Murió en 1975, a la edad de 98 años, pero ya en 1952, dono al historiador François Boucher, documentación, álbumes y modelos con lo que se pudo crear el 1986 el Museé de la Mode et du Textile de París.
Marisa Calleja, profesora en Andrespert