Moda sostenible

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La moda sostenible, también llamada “slow fashion” es la antítesis del conocido “fast fashion”. Se trata de un movimiento concienciado con el medio ambiente en el que desde la elección de la materia prima hasta su puesta a la venta ha tenido en cuenta criterios de sostenibilidad.
Este movimiento ha experimentado un notable ascenso, ganó impulso tras el derrumbamiento de una fábrica donde se fabricaban prendas de manera industrial y no se cumplían las medidas básicas de seguridad en Bangladesh,  murieron más de 1100 personas. Tras esta tragedia las empresas y los consumidores comenzaron a tomar conciencia de la situación en la que se encontraba el sector de la moda.
Para que una prenda sea sostenible, su diseño producción y venta tienen que sustentarse en dos pilares fundamentales:
– Respeto al medio ambiente: elección de materiales respetuosos con el medio ambiente (tejidos y tintes ecológicos, materiales que facilitan el reciclado…), el respeto de la naturaleza durante la fabricación (ahorro de energía, agua, prevención de la contaminación…)
Se prima por la utilización de materias primas con certificados de origen que garantizan su calidad y composición, así como materiales reciclados.
– Respeto a los derechos humanos, laborales y de la salud de las personas, combatiendo contra la explotación infantil: Se cuida sobretodo la dignidad de las personas que participan el en proceso desde la obtención de las materias primas hasta la última puntada. Es decir, no se va a utilizar un tejido obtenido mediante la explotación de seres humanos con salarios ínfimos en la otra punta del mundo.

Sostenibilidad es una manera de pensar, de producir y de usar. Debemos ser cuidadosos con los recursos naturales, medir desde el principio el impacto en el medio ambiente a lo largo de toda la cadena valor.
Tener en cuenta los límites de los recursos naturales y la necesidad de buscar nuevas materias primas, ser sostenible no solo es utilizar, por ejemplo algodón orgánico, sino saber también cuál es el ahorro en agua, en energía y en sustancias químicas.
La escasez de recursos naturales es el punto de partida. En un futuro las empresas serán capaces de funcionar con muy pocos recursos naturales, diseñar productos a los que se les pueda alargar la vida con nuevos usos y que al final puedan ser reciclados generando el mínimo residuo.
Las denuncias de ONGs y medios de comunicación a los procesos productivos de las cadenas de suministros de la moda por el uso de sustancias químicas y colorantes contaminantes o por la gran cantidad de residuos que genera la ropa desechada están a la orden del día.

Actualmente el concepto de sostenibilidad se ve como un valor añadido al producto o a la marca, pero a corto plazo no se concebirá ninguna marca como sostenible ya que será lo normal debido a las exigencias de los consumidores.

MATERIAS PRIMAS SOSTENIBLES
Las nuevas materias primas van ganando terreno, el algodón orgánico, el bambú, cáñamo, poliéster reciclado, fibras recicladas y biodegradables…  En el caso de las fibras naturales la preocupación se encuentra en el uso del agua y otras sustancias químicas. Dentro de estas el rey sigue siendo el algodón orgánico.
El reciclaje ha llegado al sector de la moda. La industria ha sido capaz de reciclar hilos de un tejido para volverlos a utilizar, incluso se está investigando cómo separar el algodón del poliéster.
También se está investigando el desarrollo de nuevas fibras, por ejemplo, fibras que derivan de los envases de plástico y que tienen la misma función y composición que el poliéster.

INICIATIVAS PIONERAS
En estas últimas dos décadas se han ido lanzando nuevos proyectos empresariales basados en procesos sostenibles, incluso los gigantes de la moda han empezado a dar pasos en este ámbito con la finalidad de transformar los procesos para hacerlos lo más sostenibles posible, como por ejemplo optar por materias primas orgánicas, eliminar las substancias tóxicas de la cadena y mejorar las condiciones de trabajo.
– H&M: Lanzó “Councious Collections” donde se utilizaba algodón orgánico y fibras textiles sostenibles procedentes de material reciclado. Además puso en marcha la campaña “Closet he Loop” (cierra el ciclo) para la recogida de ropa usada.
– Nike: Recupera zapatillas viejas para transformarlas en un nuevo material para estructuras arquitectónicas, desde césped artificial hasta el suelo esponjoso de los parques infantiles.
– Levi Strauss: Impulsó en 2011 la colección “Levi’s Water Less” con la que reduce el consumo de agua hasta en un 96%, ya que la marca anunció que se necesitaba una media de 42 litros de agua para el acabado de un par de pantalones.

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CONSUMIDORES SOSTENIBLES
Hasta el momento el consumo sostenible ha estado abanderado por personas comprometidas con el medio ambiente, pero las nuevas generaciones de millenials, son una generación más exigente, que no duda en dejar de consumir una marca tras una mala experiencia.
Aunque todavía prevalecen criterios de compra como el precio la calidad o la política de devolución, pero cada vez cobra más importancia la sostenibilidad. Ahora ante productos de igual precio y calidad, el consumidor prefiere uno que sea sostenible.
El consumidor ya no solo se fija en la parte estética de la ropa sino que va más allá, el cómo y dónde se fabrica la ropa también importan, el impacto medioambiental que supone la fabricación, las condiciones en las que trabajan las personas que confeccionan o el país de donde procede cada una de las prendas influye, y cada vez más, en la decisión de compra del consumidor a la hora de comprar en una tienda u otra.